Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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100391
Legislatura: 1894-1895
Sesión: 23 de Noviembre de 1894
Cámara: Senado
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 9, 130-131
Tema: Discurso sobre presentación en el Congreso del proyecto de la ley reformando la segunda columna del arancel

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Ya sabe el Sr. Marqués de Mochales que la crisis no se produjo porque la Comisión no diera dictamen; han sido otras las causas de las crisis, porque, después de todo, el Ministro de Estado anterior había manifestado aquí que unía su suerte a la suerte del tratado con Alemania, y tan pronto como el imperio alemán retiró el tratado, ya creyó el señor Moret que no estaba bien en el Ministerio para las relaciones diplomáticas con aquel país.

Ese fue el origen de su salida, y a consecuencia de su salida vino la crisis, que, por lo demás, yo no la hubiera aceptado. ¡Pues no faltaba más sino que la crisis se hicieran  por la obstrucción que puede producir media docena de Diputados o Senadores, tan fácil de realizar dados nuestros Reglamentos parlamentarios! No.

Respecto del otro punto del tratado de Bélgica, S. S. comprenderá que yo sé que hay una Comisión encargada de dar dictamen sobre la autorización para ratificar los tratados, que entonces eran el de Alemania, el de Austria y el de Italia. ¿No es verdad? ¿No es verdad que de esa Comisión es presidente el Sr. García Barzanallana? (El Sr. Marqués de Mochales: Son tres Comisiones, aunque sean los mismos los individuos que las forman.)

Es una Comisión elegida tres veces, ¿a qué andarse con mixtificaciones? Es una Comisión que entiende en la autorización para ratificar o no ratificar los tratados de Austria, de Italia y de Alemania, antes de ser retirado el tratado alemán. (El Sr. Marqués de Mochales: No es eso, Sr. Presidente del Consejo de Ministros. ¿Me permite S. S. que lo aclare?)

Esta Comisión se halla presidida por el Sr. García Barzanallana. Es secretario el Sr. Marqués de Mochales, y una vez que tiene los tres tratados, ahora dos, bajo su mano, parecía natural que se le encargase el examen de otro tercer tratado, puesto que dicha Comisión había estudiado ya la cuestión y podía resolver con acierto una cuestión tan importante, con tanto más motivo, cuanto que el tratado de Bélgica vino a última hora, en ocasión en que era difícil elegir otra Comisión nueva y que ésta pudiese enterarse y dar dictamen tan pronto como era necesario si había de aprobarse a tiempo. (El Sr. Vizconde de Campo-Grande: Son tres Comisiones en una.-El Sr. García Barzanallana: Son tres Comisiones.-El Sr. Bosch: Y se nombraron por tres votaciones distintas.)

Pero, ¿es que vamos a discutir estas minucias? Pues empiecen los conservadores por ponerse de acuerdo acerca de si son tres Comisiones distintas o tres en una; yo creía que esto era cosa pequeña para que nos ocupemos de ella.

Después de todo, nada más natural que en el tratado de Bélgica entendiese la misma Comisión en que estaban los otros. (El Sr. Fabié: No puede hacerse así, con arreglo al Reglamento.) Sí puede ser, porque sabe S. S. que se puede preguntar al Senado, con arreglo al Reglamento si un proyecto pasa o no a una Comisión especial. (El Sr. Fabié: Hay un artículo en el Reglamento, el 114, que determina que todo proyecto pase a las Secciones para el nombramiento de Comisión.) Pues bien; yo le digo al Sr. Marqués de Mochales que no tiene nada que ver el proyecto presentado al Congreso con los tratados de comercio presentados aquí. (El Sr. Fabié: ¡Pues no han de tener que ver!) En absoluto. Es más: aquel proyecto no podríamos haberlo presentado en esta Cámara, según las reglas establecidas, según la Constitución del Estado y según la opinión de los mismos conservado- [131] res, y de no poderlo presentar al Senado no había más remedio que llevarlo al Congreso. ¿Es que lo hemos hecho por nuestro gusto? No, sino por el hecho de que los tratados de comercio estaban aquí, no podía salir y teníamos que romper nuestras relaciones internacionales mercantiles con los demás países porque la Comisión no daba dictamen. Como esto es un hecho, que no discuto, pero es realmente un hecho, el Gobierno ha tenido que buscar otro camino, y el camino que ha encontrado es éste. ¿Es que el partido conservador varía de sistema? ¿Es que destruye el hecho y cambia de conducta? Pues el Gobierno verá entonces o que tiene que hacer, pero mientras que el hecho exista, el Gobierno no puede atarse las manos para quedarse sin relaciones con todo el mundo.

Esta es la cuestión, y como no quiero desvirtuarla con otras palabras que debía contestar al Sr. Marqués de Mochales, y que en mi opinión las merecía, pero que al fin, en gracia a que quede en pie este último argumento y no debilitarle con otras frases ni otras ideas, no las expongo, termino y me siento.



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